Un grupo de docentes iniciaron hace tres semanas una recogida de firmas entre el profesorado de todas las etapas de enseñanzas no universitarias (Infantil, Primaria, Secundaria, FPy Escuelas de Idiomas) para exigir un cambio en el sistema de formación del profesorado. Gracias a la ayuda de los sindicatos, señalan, hemos recopilado un total de 2.328 apoyos, que han enviado al consejero de Educación, Carlos Gimeno, y al director del servicio de Ordenación, Formación y Calidad, Pablo Arriazu.

En una nota de prensa, estos docentes recuerdan que el actual sistema de formación se implantó a raíz de la pandemia y se ha mantenido vigente hasta este curso. Su reivindcación es volver al sistema anterior, que llevaba décadas de andadura. En ambos, explican estos docentes, “existe la obligación de realizar anualmente 35 horas de formación”, una exigencia que comparten ya que consideran que “es fundamental en nuestra profesión actualizarnos constantemente para dar respuesta a los nuevos retos educativos que plantea la sociedad”.

Sin embargo, estos docentes rechazan el sistema actual porque “nos obliga a realizar una formación no individualizada y elegida, en gran medida, por el Departamento de Educación mediante cursos de escasa calidad y con poca aplicación en nuestra labor diaria”.

LA CARTA


Estimado Sr. Consejero de Educación:

Por la presente, los docentes abajo firmantes, queremos expresar nuestra

disconformidad con el sistema de formación obligatoria que lleva vigente en los últimos años.

En concreto, no estamos de acuerdo con los siguientes aspectos:

1. Que toda la formación obligatoria sea elegida por los centros y el Departamento de

Educación. Esto tiene como consecuencia más obvia el que muchos hayamos dejado de

formarnos en nuestras especialidades, en aquello que consideramos necesario para reforzar

nuestras habilidades, o simplemente en algo que nos pueda apetecer.

2. La calidad de algunas de estas formaciones impuestas, como los laboratorios o el DUA, ha

sido francamente baja. Si se nos obliga a recibir formación, con lo cual podemos estar de

acuerdo, nos gustaría que al menos fuera de calidad y nos enriqueciera como docentes.

3. Que no haya flexibilidad en cuanto al número de horas que deben sumarse todos los

cursos, de tal manera que si deben realizarse 35 en un curso pero se realizan 40, al siguiente

no puedan realizarse solamente 30.

Por lo tanto, pedimos:

1. Que se vuelva al sistema anterior, en el que unos cursos eran de carácter institucional para

el claustro y el resto de libre elección individual.

2. Que los cursos de formación que debamos realizar de manera obligatoria sean de una

calidad suficiente y acreditada, como se nos exige a nosotros en nuestro desempeño docente;

3. Que haya flexibilidad en cuanto al número de horas que deben realizarse cada año,

comprobándose cada cierto periodo de tiempo que se cumple con el número de horas

exigidas en un cómputo global.

Esperando que nuestras peticiones sean atendidas, nos despedimos atentamente.

Reciba un saludo cordial,

El conjunto de docentes firmantes

El sistema anterior, por el contrario, daba “flexibilidad” a cada profesor o profesora para poder elegir dos tercios de esas horas entre aquella formación que cada cual considerara necesaria para la atención a las necesidades detectadas en el contexto de su propia labor educativa. “Es fácil de entender que la necesidad de un docente de una asignatura como Biología y Geología sea diferente a la de otra docente que imparta, por ejemplo, Educación Física”, exponen los docentes firmantes.

Como profesionales de la Educación, finalizan, “queremos desarrollar nuestra actividad lo más eficazmente posible dentro de los recursos que se disponen a nuestro alcance. Nuestro deseo está inscrito en la mejora de la calidad educativa, que es lo que realmente nos estimula”.