Sentimos orgullo de pertenecer a un barrio que organiza sus fiestas el 1 de mayo, día de la clase obrera. Un barrio que se ha movilizado en mil y una luchas, que protesta contra las injusticias. Sentimos orgullo del barrio que peleó contra el vial, del que consiguió Andraize y Auzotegi, del que llenaba de barricadas la avenida Villava, del Barrio conflictivo, del que se vayan. Sentimos orgullo de las multitudinarias manifestaciones del movimiento feminista contra las agresiones sexistas, del barrio que no olvida que nos sigue faltando gente en estas fiestas. Sentimos orgullo del barrio que pinta blanco sobre azul, de la Txantrea zona libre de desahucios, de Txeikouna y de Harold... En definitiva, sentimos orgullo de la Txantrea que se organiza y pelea contra los de arriba”, señalaron Felipe Castell y Dennis Caucil, voluntarios de Jaki Toki, la despensa comunitaria de la Txantrea, que este martes prendió la mecha de las fiestas que se prolongarán hasta el domingo. 

Una hora antes, a las 19.00 horas, la Txantrea ya estaba de fiesta. El cortejo de Mayordomos y Mayordomas, dantzaris, joaldun, gaiteros y gigantes salieron en kalejira desde Auzotegi, hasta la plaza Txantrea, que estaba a rebosar de gente. La Jai Batzorde pidió a la gente que diera “dos pasos para atrás” para que los Mayordomos, como marca la tradición, pudieran bailar Txantreako Ttun Ttuna. “Dos pasos para atrás. Dos paso para atrás. Los músicos no pueden llegar al centro de la plaza. Sin Txantreako Ttun Ttuna no hay chupinazo y, si no hay chupinazo, os vais todos a casa sin fiesta”, indicó. Tras varios avisos, la gente hizo un pasillo, pero ya fue tarde porque los Mayordomos, viendo que se acercaba la hora del chupinazo, se habían puesto a bailar en la calle María Auxiliadora.